Hilo industrial de algodón blanco y azul oscuro, posiblemente teñido con añil; tejido labrado de urdimbre con flotación de hilos de color para formar el diseño.

Las alforjas son especialidad de las tejedoras indígenas de la región andina del norte del Perú, y también de las tejedoras mestizas de la costa en el departamento peruano de Lambayeque y en la provincia ecuatoriana de Manabí. Todos los ejemplos que conocemos muestran diseños labrados de urdimbre; a diferencia de los tejidos mesoamericanos de esa técnica, estas piezas muestran una densidad mayor de la urdimbre y una flotación de hilos individuales para formar los diseños, mientras que en México y Guatemala los hilos se hacen flotar por pares. Las artesanas peruanas tejen sus alforjas con un telar de cintura, levantando manualmente los hilos de la urdimbre para crear las figuras. Las tejedoras ecuatorianas, en cambio, emplean un telar vertical y mecanizan la flotación de los hilos de la urdimbre mediante el uso de varios lizos para lograr los diseños repetitivos. El pueblo costeño de Monsefú en la provincia peruana de Chilcano destaca por la producción de alforjas finas labradas con el nombre completo de la persona a quien se obsequia la prenda, seguidos de sentidos versos: "Esta alforja que te mando /sabe Dios lo que me cuesta/ mis ojos quedan llorando/ esperando tu respuesta". En el Perú, estos tejidos se cargan sobre el hombro, como sus contrapartes oaxaqueñas, y es común que una mujer lleve la alforja al mercado para hacer sus compras. El coleccionista de quien obtuvimos esta pieza registró su como de Cajamarca en la región andina, atribución que no hemos verificado.